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viernes, 30 de marzo de 2012

En tu mirada lo ví

No puedo evitar ponerme nerviosa cuando veo que te acercas, siento una presión en el pecho e intento respirar lentamente. Te acercas y te abrazo, me encanta abrazarte y sentirte cerca. Puedo oler tu perfume, es una de las mejores sensaciones que puedo experimentar, me encanta tu olor. Al estar rodeada por tus brazos los nervios se me pasan y lo único que deseo es poder quedarme así eternamente. Al estar menos nerviosa consigo pronunciar un ‘’Hola’’, y no puedo evitar mirar tus ojos, tus preciosos ojos, puedo ver el cielo en ellos, podría estar toda mi vida mirando tus hermosos ojos. Me fijo en tu cara, es perfecta; tu piel, suave, parece de porcelana; tus facciones delicadas; esos labios, ni demasiado finos ni demasiado gruesos, sencillamente perfecto, me encantaría desvanecerme en esos labios; esa sonrisa, tienes una sonrisa maravillosa, deberías sonreír más. Creo que parezco un poco tonta a veces, pero debes perdonarme, no puedo evitar sonreír al estar contigo. A los 10 minutos de conversación ya me siento totalmente a gusto a tu lado, pero los nervios vuelven cuando me tocas, cuando me acaricias con tus manos y vuelvo a sentir la presión en el pecho que poco a poco se va yendo. Al estar contigo parece que todos los problemas y preocupaciones se van y que mi mundo gira en torno a ti, y lo único que quiero es que siga siendo así hasta el último de mis días. Tu voz, es tan dulce y delicada, es como música para mis oídos, hace que sienta tranquilidad. Me encanta escucharte hablar, podrían pasar horas y me parecerían minutos junto a ti. Lo único que quiero es que no llegue la hora de la despedida, pero tarde o temprano llega y a mi pesar tengo que despedirme de ti, te vuelvo a abrazar y los nervios se vuelven a apoderar de mi y veo como poco a poco te vas yendo y en mi mente lo único que hay eres tú.