Ese momento en el que te da igual el futuro y el pasado,
solo te importa el presente y esperas que ese momento se extienda hasta el
infinito y sea eterno. Ese ``te quiero´´ susurrado que hace que todo se
desvanezca excepto esa persona y tú. De repente, lo prohibido y malo se vuelve
necesario, el veneno se convierte en elixir y lo peligroso es seguro. No
piensas en lo que pueda pasar después, en las consecuencias de tus actos. Te da
igual absolutamente todo porque ese instante es lo que siempre habías querido
pero te daba miedo tener. Y sientes esa sensación que se parece tanto a la
felicidad. Ese instante roza la perfección, Y te sientes bien, mejor que nunca. Parece que
naciste para amar a esa persona y que esa persona nació para amarte a ti, y te
lo crees, crees que naciste para eso y estás dispuesto a seguir haciéndolo. Tu cuerpo y el suyo encajan perfectamente. Tu
mano y su mano, tus labios y sus labios, tu piel y su piel… Amas esos detalles
que lo hacen maravilloso, que te acaricie el pelo, que sonría al hacerlo, que te
mire. Esos detalles que hacen que valga la pena. Y de pronto, sin darte cuenta,
ya no sientes miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario